sábado, 8 de febrero de 2020

Los engranajes que mueven el mundo

Hace algunos años, en mis estudios secundarios, un profesor nos dio un curso de cinematografía; vimos una película en clase y, tras cada escena, dábamos al botón de pausa y nos dedicábamos a analizarla. Comentábamos los planos de la cámara, la música, los efectos y la actuación de los profesionales que representaban la empresa. A día de hoy, esto me parece sumamente interesante, nada que ver con lo que me vino a ocurrir en esa época...

Este curso de cinematografía acabó con mi interés por el cine durante mi juventud. El por qué de esta demoledora consecuencia es simple: después de saber cómo se hace, tendía a analizar cada escena, rompiendo constantemente la ficción y eso me atormentaba profundamente. Sin embargo, con el tiempo, me di cuenta de que, gestionando de manera eficiente la atención y las emociones, podía llegar a un equilibrio. Y es ese equilibrio el que te permite disfrutar de ambos mundos de manera simultánea, es una maravilla.

Ser científico es algo similar, y es que a veces son tantos los estímulos que puede percibir una mente científica e imaginativa que es fácil desbordarse con casi cualquier entorno que percibamos. Además de todo lo que percibe un ser humano "normal", la mente científica es capaz de imaginar los procesos ocultos pero que sabes que están ahí, las estructuras materiales a un nivel nanométrico e incluso intuir el comportamiento cuántico de la situación.

El sol es un reactor nuclear de fusión. Hace miles de millones de años una gran nube de gas y polvo estelar que probablemente provenía de una supernova colapsó gravitacionalmente para acabar formando una estrella y una ristra de objetos celestes que la orbitan, eso que llamamos sistema solar. Todo ese hidrógeno que está en el sol se va fusionando lentamente y produciendo energía, los núcleos de hidrógeno a gran velocidad interactúan entre sí para, eventualmente, fusionarse en un núcleo de helio. Y resulta que les sobra energía! Entre otras partículas, estos procesos nucleares producen fotones; pero el fotón no escapa tan fácilmente del sol... Va a ser absorbido y vuelto a emitir cientos o miles de veces, tardará años en salir desde el núcleo en el que se produjo al vacío interplanetario. Después de eso, unos minutos de viaje después, ese fotón se encontrará con una atmósfera, y con suerte no será absorbido por ella y podrá entrar por tu pupila, llegando a tu retina.

Pero ahí no termina la cosa... El fotón genera un impulso en la retina, que tiene que atravesar una barrera que en principio no puede, lo hace por efecto túnel cuántico! Luego ese impulso es registrado e interpretado por tu cerebro de una manera que aún no se conoce del todo...

QUÉ BONITOS SON LOS ATARDECERES

Y aun así, hay muchos más fenómenos involucrados en la puesta de sol; como el campo gravitatorio, la rotación de la tierra, la lente aberrante atmosférica, el propio Big Bang!! Nos quedamos con esto, no tenemos tampoco todo el día. La idea se capta.

Pero no os engañéis, el atardecer es hermoso en sí (de hecho, el valor estético que se atribuye a cualquier cosa es puramente subjetivo, anuque hay algunos cánones de simetría que...). Y es que son dos caras de una misma moneda, la simplicidad inherente del atardecer frente a la inimaginable complejidad del contexto y la abrumadora complejidad de cada suceso aparentemente cotidiano. Cualquiera de las dos visiones es válida y nadie tiene derecho a decir que una es superior a la otra.

A lo que quiero llegar con esto es que normalmente ver mas allá de lo aparente no es aburrido; para nada. Lo mismo ocurre cuando teorizamos sobre elementos de nuestra vida que no tienen por qué estarlo, o ni siquiera admiten una estructura consistente para tener una teoría de este tipo sobre ellos. 

Hay que poner especial atención en el equilibrio. Y no quiero decir que vayas a destrozar la experiencia de alguien por comentarle las sutilezas y pajas mentales que te montas porque te da la gana solamente por no avisarle de que se equilibre antes de ellos. No, no es un arma de destrucción masiva, no va a explotar la cabeza de nadie. Pero es importante recordar que los demás no tienen por qué querer escuchar tus idas de olla. No seas pesao.

Para terminar, y si apetece, dejo un vídeo precioso (yo al menos le atribuyo valor estético) que da imágenes a unas palabras que dijo un tipo muy especial hace cierto tiempo.


Y tú qué opinas? Ves puestas de sol como si fueran preciosos cuadros? O te gusta ver las bambalinas del teatro?

O quizá te muevas en la cuerda del equilibrsta?

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